jueves, septiembre 21, 2006

El friso de las sirenas de San Ignacio







El friso de las sirenas de San Ignacio

Dra. Arq. Graciela CG de Kuna (fotos de la autora)

La defensa de la diversidad cultural y el derecho a la identidad, son algo internacionalmente aceptado como componentes básicos del desarrollo humano integral. Así también el patrimonio, en un sentido amplio (tangible/intangible, cultural/natural) es, en ocasiones, uno de los principales recursos para el desarrollo de la identidad de los pueblos.

En el caso que nos ocupa, el friso de las sirenas de la misión jesuítico guaraní de San Ignacio. Junto con Loreto y Santa Ana, se localiza sobre la ruta Nacional Nº12 y Santa María en la ruta Costera Nº2, todas se encuentran en la provincia de Misiones. Si no hubiera habido una preocupación por la conservación de este bien patrimonial de la humanidad, no hubiera llegado a nuestros días, por eso, los resultados de la restauración del año 2003, es el hecho puntual que nos ocupa.

La anterior y más extensa obra de restauración de San Ignacio Miní, fue llevada a cabo en los primeros años de la década del 40 por el Arq. Carlos Luis Onetto fallecido en abril de 2005 a los 93 años. También fue quien escribió el libro San Ignacio Miní. Un testimonio que debe perdurar, publicado en 1999, con el patrocinio de la Dirección Nacional de Arquitectura

El friso que nos ocupa, está ubicado sobre el dintel del portal que une el patio de los padres con el templo, es decir que es lo que ve el creyente cuando ingresa al mismo.

En muchos casos se representa el apesadumbrado estado de ánimo con el que el mismo acude a la iglesia en busca de sosiego a sus problemas y faltas.

En este caso, la representación simbólica no puede ser más clara:

Hay tres franjas horizontales, vistas en la placa sobre el acceso, de abajo hacia arriba, representan el reino del agua, el de la tierra y el del cielo.

La primera presenta a esos seres mitológicos con que denominamos al friso en general, las sirenas, traemos a colación que este tema era bastante frecuente, especialmente en la representación heráldica de fines del medioevo, por ejemplo exponemos a continuación el friso que remata el acceso al castillo de Sabiote (provincia de Jaén, Andalucía, España) que luce un par de sirenas sosteniendo el escudo que porta las armas de la familia de Cobos Molina y doña María Mendoza, sus promotores.

No es inocente el hecho de que a lo largo de la historia de la cultura, se hayan representado serpientes y sirenas, están allí posiblemente debido al poder que se les atribuía para dominar y atraer con malos fines, a quien las mirara o las oyera.

Las sirenas de San Ignacio, no tienen ninguno de los atributos con que se presentan estos seres, es decir no tienen cuerpos bellos, al contrario, tienen rollos y bastante caídos, no tienen brazos y si, en su lugar, alas que claramente se ven incapaces de levantar vuelo portando semejante peso. Tienen en la punta de la cola, en lugar de la habitual cola de pez, una especie de floripondio caído, es decir, que todo en ellas es deprimente o al menos horroroso, representan lo monstruoso del reino del agua….

Lo mismo ocurre con las serpientes, que se encuentran en la segunda faja. Estas, para reforzar el concepto “horroroso” se presentan en forma retorcida, con la cabeza vuelta hacia arriba en una especie de convulsión terrena y en el colmo de su desesperación, comiéndose los frutos que a todas luces no son su alimento habitual. Posiblemente se presentan de esa forma haciendo referencia al rol bíblico de la serpiente al tentar a Eva con una jugosa manzana. Sea cual sea el sentido, están allí representando lo monstruoso del reino de la tierra.

Para finalizar en el extremo superior, encontramos un par de águilas con corona, estas serían las águilas imperiales y representarían al Imperio Español a tal punto que el escudo hispano estuvo ligado durante varios períodos de su historia a estas aves hasta que se las eliminó en 1978, debido a su conexión con el antiguo régimen franquista.

En el caso nuestro, el friso tiene un par de águilas bastante extrañas, vean si no es así, son gordas, tienen como escamas en el cuello, los picos son rarísimos, tanto que al decir de algunos guaraníes conocidos, entre ellos, Danilo, esa, más que águilas parecen jotes. No sería raro, que el anónimo artista, a la hora de representar tamaño símbolo se haya inspirado en un carroñero como es el jote –se refiere al jote negro (Coragyps atratus), su dieta, se basa fundamentalmente en carroña, es decir que consume animales que han muerto por razones naturales o que han matado otros depredadores.

http://www.misiones.gov.ar/ecologia/Todo/Contenido/Especies%20Misioneras/jotenegro.htm.

Es bastante frecuente la caracterización de la colonización española de forma poco favorecedora, véanse si no para ello, los Ángeles Arcabuceros existentes en la actualidad en las iglesias de Uquía y Casabindo en el Noroeste Argentino que son piezas de arte indiscutido de las escuelas de pintura del Altoperú colonial, representan con sus alas la santidad pero con sus armas, sus vestimentas y sus caras el lado malo de la colonización y de España.

Nuestras águilas/jotes, en todo caso, representarían lo horroroso del reino del aire.

Angustiado, perseguido por el agua, la tierra y el agua, tanto horror espera al compungido creyente que acude al templo en busca de consuelo!

Pero no desesperar, que para ello está el sello de la Orden de los jesuitas, que en su centralidad, pone “orden” en este mundo horroroso…

Unas últimas palabras sobre el proceso de restauración: ha sido absolutamente cuidadoso en su proceder y si bien hay voces que se intranquilizan por la notable diferencia con el resto, tanto en cuanto a textura, color y otros que hacen que la parte restaurada resalte sobre el conjunto, hacemos votos para que las tareas de restauración continúen –están comprometidas una serie de estructuras y otras aparecen en el máximo anonimato, como por ejemplo sucede con la placa que corona el acceso al baptisterio y que promete ser tan interesante como la que reseñamos aquí – de tal modo que hagan que esta placa que tanto se diferencia en la actualidad, se pierda dentro de la totalidad restaurada. Estas acciones contribuirían notablemente a reforzar lo que dijimos al principio en cuanto al rol del patrimonio en el refuerzo de la identidad de la región.


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